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June 23, 2009

NO PERDER DE VISTA A IRAN

Mehmet OZKAN

El Tiempo (Colombia), 18 de junio de 2009

http://www.eltiempo.com/opinion/columnistas/otroscolumnistas/ARTICULO-WEB-PLANTILLA_NOTA_INTERIOR-5476507.html

Treinta años después de la revolución, la pregunta de cómo examinar a Irán todavía no tiene ninguna respuesta concreta no sólo en Occidente, sino también en Oriente. Los Estados de Occidente prefieren mantener un firme interés para ver a Irán desde la perspectiva que ellos quieren, mientras que el mundo islámico lo mira desde una posición proteccionista y defensiva, a excepción de los Estados árabes, que mantienen un prejuicio en su contra después de la revolución. Esta situación ha sido confirmada con cada elección y lo más interesante es que ello ha llevado a una confusión sobre cómo debemos ver a Irán.

Las últimas elecciones presidenciales se celebraron el pasado 12 de julio y parecen ser las más interesantes y controvertidas de las realizadas después de la revolución. La participación fue del 85 por ciento de la población, la mayor en la historia del país. El presidente Mahmud Ahmadinejad fue elegido para su segundo mandato con el 63 por ciento de los votos, mientras que Mir Hussein Musavi, representante del ala reformista, recibió el 33 por ciento.

No obstante, después de perder las elecciones, por primera vez un candidato rechaza abiertamente el veredicto y desafía los resultados.

Por su parte, las protestas callejeras contra los resultados demuestran que una parte de la sociedad iraní no está satisfecha con las políticas del régimen. El 60 por ciento de la población es menor de 33 años, quien, en su mayor parte, ha crecido después de la revolución. Políticas represivas del sistema actual y las demandas de las nuevas generaciones son la parte más débil de la política iraní.

Las manifestaciones también reflejan el creciente descontento y la ira en contra de la élite y sus políticas restrictivas. Teniendo en cuenta que el candidato reformista, Musavi, contribuyó a la revolución, presentarlo como un candidato en contra del régimen es algo abierto a discusión. Sin embargo, a través de Musavi, lo que hemos visto es que Irán tiene un sistema político opresivo y restrictivo, y ahora, por lo menos entre las nuevas generaciones, se ha abierto un debate serio.

Desde la perspectiva de los equilibrios regionales, el resultado de las elecciones no espera poner algo nuevo en la política exterior iraní. No obstante, la victoria de Ahmadinejad podría legitimar indirectamente la falta de cooperación de las políticas de derecha del gobierno de Netanyahu, a quien Obama ha presionado para aceptar una solución de dos estados en Palestina.

Regionalmente, la más elemental necesidad de Irán es volver a abrir canales de comunicación entre los árabes y los iraníes, que se han polarizado después de la invasión estadounidense de Irak. Esta deberá ser una de las principales prioridades del segundo mandato de Ahmadinejad.

Desde los albores de la revolución iraní, los Estados de Occidente han interpretado cada pequeña acción de lucha en contra de aquella como el final de la misma. Los comentarios y la cobertura de las últimas elecciones iraníes en Occidente han demostrado una vez más este hecho. Quizás lo más interesante de este enfoque es que olvida que el candidato presidencial Mir Hussein Musavi fue primer ministro de Irán durante los años más críticos de la revolución iraní, entre 1980 y 1989. En general, lo que Occidente olvida frecuentemente es que Irán tiene una única estructura política, cuyo sistema se basa en la filosofía chiita y la pérdida del imam (líder religioso).

Según la interpretación del ayatolá Jomeini, durante la espera del regreso del duodécimo imam, el sistema político de Irán ha debido regirse por Velayeti Fakih, un grupo de líderes religiosos. Como varios observadores han destacado, el verdadero poder en Irán está en manos del líder religioso ayatolá Jamenei, jefe del Estado iraní, cuyo poder e influencia en la política iraní son inimaginables en Occidente. Decisiones importantes sobre el futuro de Irán no pueden tomarse sin la aprobación del líder religioso. Esta es la cara oculta del sistema político de Irán.

Las elecciones generales en Irán ciertamente han provocado algunos debates internos y externos. Pese a esto, no se ha abierto una nueva época en materia de política exterior, ni se ha producido un cambio radical en el sistema político. Sin embargo, los cambios en la política regional y mundial exigen a Irán volver a equilibrar sus intereses y una reinterpretación de acuerdo con el nuevo entorno internacional. En lo que nos tenemos que enfocar es en cómo los presidentes de Occidente podrían responder a las políticas de un presidente iraní con el cual no quieren trabajar.

* Estudiante de doctorado en la Universidad de Sevilla (España) y estudiante visitante en la UPB-Medellín.

Nota: Muchos gracias a Carolina ZUÑIGA GOMEZ por su ayuda al editar del lengua del articulo.

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